Si me dicen que lo que estamos viviendo estos días era el argumento de una película americana de catástrofes, de esas que ponen de vez en cuando en la tele, me lo hubiera creído. Algo así es, tan extraordinario que, si no fuera porque lo estoy viviendo en primera persona no daría crédito. Y tengo que dar gracias al cielo, porque hace solo cuatro día que dejé de trabajar. Terminó mi contrato de trabajo y eso me va a permitir quedarme en casa con mis hijas, y tener al menos esa tranquilidad y no la preocupación de pensar dónde, cómo y con quien dejarlas en estos días que estamos confinados en casa.
Pensar que tengo que estar metida en casa con dos niñas durante, al menos, quince días, es muy estresante, sobre todo si están en esa edad en la que nada les parece bien y protestan por todo.
Al menos tengo la suerte de vivir en un pueblo. Vivimos en una casa con patio y azotea, que nos facilita ciertos momentos de esparcimiento en el exterior, y no en un piso en el que estaríamos tanto ellas como nosotros, como leones enjaulados sin saber a qué meterle mano y con la ansiedad que genera el no poder salir. Si el tiempo está bueno subiremos a la azotea a estirar las piernas y a jugar a la pelota, a la comba, con el aro, a tomar el sol, a respirar aire puro, a hacer ejercicio, etc.
Por eso, de acuerdo con ellas hemos organizado los días de forma que de tiempo a hacer de todo. Hay que mantener una rutina y una disciplina para que no pierdan el ritmo de trabajo que han adquirido en el colegio durante estos meses. Por que no creo que esta situación vaya a durar únicamente dos semanas....
Con esta publicación me uno al CARNAVAL DE POST que organiza MADRESFERA y aquí os dejo algunas de las ideas que tengo pensadas para entretener a mis hijas durante estos días. Algunas que ya tenía publicadas en el blog y otras que se me están ocurriendo para hacer con ellas.