Heidi es uno de los libros que más me gustaban de niña. Fue a raíz de ver la serie de dibujos animados que estrenaron en televisión cuando yo era pequeña, que busqué el libro de Johanna Spiry para leer la novela de verdad. Y me encantó igual que la serie. Ahora son mis hijas las que ven la misma serie de dibujos que yo veía con su edad. Y les sigue encantando.
Supongo que conoces la historia de Heidi, la huerfanita que va a vivir a los Alpes con un abuelo que no conoce y al que todos los habitantes del pueblo donde vivía tenían miedo porque era muy huraño y no se relacionaba con nadie. A Heidi le encanta vivir en las montañas, en contacto con la naturaleza junto a su amigo Pedro, el pastor que cuida de las cabras de los aldeanos del pueblo. Cuando más feliz estaba en las montañas vuelve su tía para recogerla y llevarla a la ciudad de Frankfurt donde se convertirá en la compañía de Clara Sesemann, una niña inválida y donde sufrirá las iras de la Señorita Rottenmeier y vivirá un montón de aventuras y desventuras.
Este es el cuento sobre el que vamos a preparar una mesa dulce en
#Unagalletauncuento y fue elegido por Mari Angeles del blog
RecetasAbc que resultó ganadora en el mes de Noviembre con su receta
Dulce de Mango y Piña para el cuento Robinson Crusoe.
Si hay algo que siempre recuerdo de este cuento es la obsesión que tenía Heidi por guardar los
panecillos para llevárselos a la abuela de Pedro. La pobre abuela no tenía dientes y no podía comer pan con corteza por eso Heidi le quería llevar esos bollitos tan blanditos que le ponían en casa de los Sesemann en las comidas.
Así que mi elección para este cuento han sido estos riquísimos
PANECILLOS DE LA ABUELA.
La receta es para preparar unos 15 panecillos. Si quieres hacer más, sólo tienes que doblar las cantidades.