Siempre me han gustado los bizcochos. Me ha gustado comerlos y también hacerlos.
Los primeros bizcochos siempre los hacía siguiendo la receta que me había dado mi madre. Era una receta que tenía apuntada en una libreta de rallas con las pastas de cartón marrón y escrita a mano, como se hacía antes. Todavía está en un estante de su cocina.
Era y es el archiconocido y superversionado BIZCOCHO DE YOGURTH que se hacía tomando como medida de todas las cantidades el vasito del yogurth, y que podía hacerse de dos formas utilizando el aceite crudo o friendo el aceite con la cáscara de un limón.
Pero mi primer recuerdo de un bizcocho lo tengo de cuando éra pequeña e iba con mis padres y mis hermanos en verano a una finca de la familia llamada "REBOLLO". Allí vivía mi bisabuela, mamá Lola y para merendar casi siempre tenía un bizcocho que se hacía en una rosquera.
Los más jóvenes ni siquiera sabrán lo que es. Yo no soy tan mayor pero lo recuerdo porque todavía queda una en casa de mi madre, de hecho yo lo he utilizado en muchas ocasiones. Era un molde redondo de aluminio con un agujero en el centro que tenía un adaptador para poder ponerlo en la hornilla de gas para distribuir el calor por el centro y por fuera y una tapadera doble que se giraba cuando se quería comprobar si el bizcocho estaba listo y tenía abiertos unos agujeritos que permitían meter el palito de madera o la aguja de punto. Era una cazuela que servía de horno. Como esta ... más de un@ la habrá visto en su casa.
Todavía se fabrica y se llama CAZUELA "ROS".
Hay un blog estupendo que se llama LAS BUENAS MIGAS donde tenéis una descripción del aparato, las instrucciones para su utilización, un montón de recetas y dónde puede comprarse por si alguien quiere volver atrás y prescindir de su horno ;)
Ese bizcocho tenía un sabor especial que todavía recuerdo, estaba buenísimo y todavía no he hecho ni he comido ninguno que sepa igual.
Desde entonces ha llovido mucho y he preparado algunos más, por eso aquí teneis la receta del último que he hecho.
Es un bizcocho de limón que sabe a limón porque a algunos parece que le enseñan los limones de lejos.
INGREDIENTES:
- 250 grs de mantequilla sin sal ablandada
- 200 grs de azúcar
- 4 huevos
- 340 grs de harina
- 1 cucharadita de levadura
- 2 limones
- azúcar glass para espolvorear
PREPARACIÓN:
1. Rallar la piel de los dos limones y exprimir el jugo.
2. Tamizar la harina y la levadura y mezclar bien.
3. Separar las yemas de las claras y batir las claras a punto de nieve
4. Mezclar la mantequilla con el azúcar hasta que quede cremosa.
5. Incorporar la harina y la levadura tamizadas. Notareis en este punto que la masa queda un poco apelmazada, pero se aligerará cuando le añadamos el resto de ingredientes.
6. Añadir las yemas una a una y mezclar todo bien.
7. A continuación, añadir la ralladura y el jugo de los limones y mezclar bien hasta que estén completamente incorporado.
8. Por último, añadir las claras a punto de nieve, removiendo suavemente con una cuchara.
Hasta el punto número 7 pueden utilizarse las varillas o una batidora amasadora. Pero es muy importante que el punto número 8 se haga a mano para que no se bajen las claras
9. Hornear unos 50 minutos a 180 grados.
10. Una vez frío espolvorear con azúcar glass
Los más golosos podéis cubrirlo con chocolate o con algún glaseado y si no solo hay que dejarlo tal y como sale del horno que también está buenísimo.