Cuando me planteo preparar una tarta, lo primero que pienso es en el tipo que base que voy a utilizar.
Existen muchos tipos de masa que se pueden usar como bases para tartas. La fundamental es la MASA QUEBRADA o pasta brisa (término derivado del francés pâte brisée). Esta masa forma una costra consistente cuando se calienta en el horno y se denomina masa quebrada debido a la textura quebradiza que muestra tras el horneado. Según el relleno y la utilización que se le vaya a dar, se le pueden añadir otros ingredientes como ralladura de naranja o limón, licor, azúcar, incluso agua tibia, según la clase de harina que se utilice.
La masa quebrada básica lleva harina, mantequilla, huevo y una pizca de sal.
Como variantes de la masa quebrada está la MASA SABLÉE, que es más rica en mantequilla y se caracteriza porque es una masa más blanda y desmenuzable que se prepara con azúcar glas y por no llevar levadura; si lleva levadura sería una sablée bretón; y la MASA SUCRÉE que es una masa más firme que las anteriores debido al alto contenido de azúcar que lleva (azúcar refinado normal).
Hay otras bases derivadas de la masa quebrada pero quizá estas dos son las más utilizadas.
Luego está el HOJALDRE. El secreto de un buen hojaldre está en cómo se trabaja. Hay que extender la masas 5 o 6 veces, cada vez en diferentes sentidos para que al hornearlo quede en forma de finas hojas superpuestas. También hay que dejarlo reposar en el frigorífico entre cada operación para que no quede demasiado blanda. Es trabajoso para hacerlo en casa y tiene el problema de que si lo cubres con crema se puede reblandecer y no quedará crujiente.
Para utilizar las masas quebradas tienes dos opciones: puedes cubrirlas directamente con el resto de ingredientes y hornearlo todo junto, o también puedes hornear primero la masa cubriéndola con legumbres secas para que no crezca y una vez doradita y crujiente puedes rellenarla con lo que quieras.
Hace unos días mis hijas estuvieron visitando a su tío abuelo Rafael, que tiene un "campito" donde hay varias moreras. Se pasaron la mañana recolectando y me trajeron un cestito lleno de moras silvestres (blancas y negras) para que les preparara una tarta. Y como a la mamá se le cae la baba con sus niñas, les hice la tarta que querían.